El ministro de Obras Públicas, Hernán de Solminihac, y la subsecretaria de la cartera, Loreto Silva, visitaron la región del Biobío para participar de diferentes actividades junto al Presidente de la República, Sebastián Piñera. Las autoridades de infraestructura participaron en una reunión de reconstrucción para la región y en la ceremonia ecuménica en memoria de las victimas del terremoto del pasado 27 de marzo.
En la ocasión el secretario de Estado dio a conocer la construcción de un nuevo viaducto llamado Chacabuco, que contará con seis pistas y se ubicará a un costado del colapsado puente Viejo, permitiendo mejorar la conectividad del gran Concepción.
La autoridad aseguró que “se están terminando los estudios para poder llamar a la licitación del futuro proyecto” el que debería estar en operaciones en un plazo de dos años agregó el ministro.
En cuanto a la situación de los puentes Juan Pablo Segundo y Llacolén el titular de Obras Públicas explicó que “lo que vamos a hacer con el Llacolén es reparar, mientras se mantiene el tráfico no lo vamos a cortar. En cambio en el puente Juan Pablo II no podemos tener tráfico mientras no se repare. En este último caso estamos haciendo estudios para ver cuánto se demorará, pero vamos a tratar de operar lo más rápido posible, por lo menos en una primera etapa, para poder abrirlo a tránsito liviano. Después habrá una segunda etapa para implementar tránsito pesado, ahí ocuparemos todo el tiempo que sea necesario (…) La idea es que dentro del presente año estén reparados los dos”.
Finalmente Solminihac también abordó el proyecto de conectividad fluvial que permitirá, mediante barcazas, el desplazamiento de carga pesada sobre el río Biobío. Sobre este punto la autoridad manifestó que «estamos trabajando en estos momentos en los accesos y apenas estén listos empiezan a funcionar las barcazas”. En este sentido añadió “que en dos semanas o tres, máximo, deberían estar funcionando».