Tras el terremoto de 2010 y las serias consecuencias que generó, nació la necesidad de reponer la infraestructura de la cárcel penquista, debido a los daños con los que quedó el recinto penal, además de modernizar las instalaciones para evitar riesgos, tanto para los reos, como para los gendarmes.
Actualmente se trabaja en las terminaciones de albañilería, puertas metálicas, gasfitería e instalaciones eléctricas, que permitirán también mayor comodidad para los gendarmes que están a cargo de resguardar la seguridad de los internos.
La obra presenta un 93% de avance y en ella se invirtieron más de 26 mil millones de pesos para mejorar los módulos de reclusión, construir sala de uso múltiple, una nueva escuela penal, además del mejoramiento de la instalación eléctrica.